Hasta que la gentita “Chungunga”
se hizo una; aunque demoró un poco para domar la furia del Huracán Moqueguano,
el al final se confundió con la tarde gélida y lluviosa que soporta la comarca
en los últimos días, perjudicando considerablemente a los que habitan unas
esterillas forradas con algunos cartones o periódicos del ayer, que para algo
sirven aunque al final quedan como mazamorra… El respetable en número más menos
se las picó al estadio Mariscal Nieto para ver a los dirigidos del Prof. Marco
Sánchez, quienes habían empatado a uno de visita y lógico; como dueños de casa
estaban obligados a quedarse con los puntos en disputa, para ello ya contaban
con el concurso de sus figuras estrelladas; que brillaron a pesar de la nublada
tarde, enfrentando no solo al rival; sino también a las bajas e inusuales
temperaturas que congelaron hasta mis débiles huesos, que quisieron tomar un
poco de impulso para ubicar a un tío que ya lo tengo entre ceja y ceja; para
que me explique el significado de una palabrita que seguramente lo escuchó por
allí… Un partido nada fácil teniendo en consideración las pretensiones de la
visita que cuenta con experimentado jugador; qué junto al “Ciego” suman ochenta
años, pero bien vividos y no como algunos frágiles peloteritos, que apenas los
tocan se caen o se pican ganándose gratuitamente la expulsión detallito que
falta corregir en nuestro fútbol, ese que ahora gustó a la fanaticada porteña y
hasta los congratularon con sonoros aplausos al momento de hundir el balón en
las redes del golero visitante… A propósito; Ocolita al empezar el segundo
tiempo vaticinó que los goles vendrían solos, esto debido a que la pelota no
encajaba en el lugar correcto, hasta que le llegó la oportunidad al goleador
Edwin el “Ciego” Arismendi para abrir el marcador, Millo se encargó de sellar
la victoria con el 2X0 final.
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