Estamos próximos a celebrar el
Día del Trabajador Municipal; el cual por ningún motivo pasa desapercibido,
porque somos conscientes del trabaja sacrificado que hacen todos ellos, sobre
todo los que laburan en la calle para mantener limpia nuestra ciudad, terriblemente
ensuciada por vecinos y transeúntes desconsiderados, buenos para ensuciar,
menos para contribuir con el pago de sus tributos, los cuales sirven para el
pago de los barrenderos, serenos, jardineros, funcionarios a excepción de los
chamberos de obras y algunos mantenimientos cuyo sencillo les cae del Canon y
Regalías… La mayoría de ellos hacen un alto en sus habituales jornadas para
sudar la gota gorda participando de las pichanguitas deportivas en Vóley y
Fulbito, las mismas que se iniciaron el último martes por la noche en el
Coliseo Municipal Víctor Raúl Carrera, donde se dieron cita los equipos
debidamente uniformados representando a las diversas áreas de las institución;
algunos equipos tuvieron doble madrina, según pude observar en la sencilla
ceremonia, que tuvo como maestro ceremonioso al inquieto “Janampa” menos mal no
llevó a “Los Linares, para cantar, bailar y cobrar” que hubiera sido ideal para
animar los entretenidos partidos del Relámpago… Ojalá los encuentros solo sean
para confraternizar y por allí limar algunas asperezas, más no sea motivo para
descargar ciertas hieles que podían causar más de un dolor de cabeza entre
compañeros de trabajo, so pretexto de cargar con el Trofeo al final del
campeonato… Si bien es cierto varios de los trabajadores son deportistas netos,
existe una respetable mayoría que practica la vida sedentaria y candidatos
fijos para adquirir esos males muy de moda en nuestros días, están obligando a
des estresarse en algún momento de la actividad laboral como se hacen en países
desarrollados.
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