lunes, 3 de mayo de 2010

Deportes y algo más; el que se pica nos dá la razón...!


Vaya dominguito que me tocó vivir; luego del Santo Sacrificio corriendo al estadio Mariscalino para ver el clásico tradicional del fútbol porteño, que perdió el atractivo por diversa razones; Mr. Brizick quería una fotito para el recuerdo entre Rosas y Corazones; pero el equipo de sus amores ignoró la súplica, mientras el Capitán Aldo Silva decía: “A quien han ganado jovencitos” recibiendo como respuesta: “A ti pé tío panzón, espérate nomás que comience el partido vas a quedar sin aire pidiendo chepa…”, efectivamente el triunfo fue chalaco y a las justas… 
Luego a desfilar junto a los Hombres de Prensa se ha dicho portando una gran pancarta que rezaba: “El silencio es la peor opinión; NO A LA MORDAZA”; como respuesta a la intervención a Radio Ilo, la sanción a “Morochito” y denuncias a periodistas moqueguanos, de la “Machita” me ocuparé después; más de un común mortal se sorprendió con la presencia del elegante “Pocho” y sus fieles corderos; perdón regidores, que yo sepa nunca asistieron puntuales y en mancha a los actos públicos;
será qué en la postrimería de sus reinado todo el mundo los conozca y voten una vez más por ellos en las próximas elecciones; dejo la incógnita, gracias por los aplausos del respetable al menos tenemos “rating” y seguiremos en nuestro doméstico trabajo de prensa deportiva siempre y cuando Papá Bueno; así lo prefiera… 
Saludos al “Huancaíno” Abel Gómez el hombre que pone buena sazón a los patajes de la comida peruana en su restaurant ubicado en Nuevo Ilo; para el Día de Mamá preparará una suculenta Pachamanca, como para chuparse los dedos, al puro estilo de la incontrastable Huancayo; probaremos… 
Con goles de alto voltaje los “Chungungos” cerraron el pico a los sobrados y piñosos “Canarios”, hasta el viento estuvo en su contra, votaron a “Pocho” la tarde se vino encima, Chalacos y Naranjos le pisan la cola; el colmo un mariscal gritó: “Con…tú …are” al rebotar el balón en el travesaño, RICHARDO tardó una eternidad para cortar la jugada y anular el tanto bajo las rechiflas del público.

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