Como diría el “Doc Timo Chucchullo” que raya en sintonía, en
Expresión señal regional; triste es su vida de los amigos cusqueños que ven los
goles y mates sentados en incómodos caliches, si tienen algo de suerte se
sentarán sobre un rugoso pedazo de cemento todo el santo día o lo que dure el
partido de su equipo; aunque el último domingo varios “qosqorunas dobla codos”
decían salú festejando su día con chelas y la infaltable chicha de frutilla,
servidas en modernas mesas plásticas algo es algo no, la superación es buena,
lástima que las autoridades de turno no se fijen en el deporte que une a los
paisanos y también a los vecinos; quienes tienen sus pulmones de polvo con
fuerte dosis de olores a basura y desmonte…
Pensar que esos espacios también
son usados por niños y jóvenes para correr tras una pelota, soñando quizá que
están jugando en los mejores estadios del mundo, como se juega el Mundial de
los Negritos, donde hubo lluvia de goles; mi fiel “Datera” descubierta
“Tomasita” cifra su FIRME esperanza en el próximo burgomaestre; ojalá les dé
una manito; así como también maquinaria, unas cuantas tancadas de agua para
remojar la polvorienta cancha…
El entusiasta Jesulim invita a todos sus
coterráneos a participar en las fiestas del Cusco que se realizará mañana en su
local central de Villa del Mar; allí elegirán a su Ñusta, bailarán, danzarán
hasta las últimas consecuencias, una vez al año no hace daño; pasada la resaca
y tranquilizados los muñecos nombrarán a su nueva directiva que tendrá la
difícil misión de construir su Estadio, antes que finalice el tiempo que ha
dado la Muni para ponerlo operativo o el terreno será revertido… 
Similar
situación se vive en el Club Lacustre que ya tiene la maqueta de su local
institucional; pero falta cinco millones de soles para construirlo; energías
positivas para Juanchito Torres Pallara; se recupera de una intervención
quirúrgica en la Bella Arequipa, pronto sanará para que siga estirando la mano
y tocando puertas a ver si alguien se porta con algunos miles de soles para iniciar
las obras.
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