miércoles, 30 de junio de 2010

Deportes y algo más; el que se pica nos dá la razón...!


Qué rápido ingresamos al mes patrio; alegría para unos cuantos suertudos que esperan con ansias la grati; la mayoría duro al laburo para conseguir su propio aguinaldo por el cumpleaño del Perú; país dominado por algunos vivos y corruptos que se la llevan fácil encajas de cartón, costalillos, en carretillas y en tremendos barcos; como dijo un gran brocaster pirata: “A quién Dios se la dio, San Periquito se lo bendiga…”… Energías sanadoras a Manolito La Torre; jugador del San Lucho en el Fútbol de Tíos; él se encuentra en Lima la Horrible, curando un malestar corporal, de esos que nunca faltan y tardan una eternidad en salir; muchas veces gastando hasta lo no que tienes; 
Manolo es fuerte, pronto estará anotando goles en el equipo de Dany “Rosado” Fernández; ahora convertido en dirigidor del equipo san luisino, pobrecillos terminaron con la lengua afuera y pidiendo chepa; porque los Pacochanos se le fueron encina… Vaya guapeada que dio Micky “Borrasca” Valdivia a un pupilo de “Chalaco”: “No me toque, pero no me toque o lo boto…”, recibiendo como respuesta: “Pero, Profe, no he hecho nada; por qué me grita, me agrede, me humilla…”; 
disimula jugador y el codazo en el hombre del “piteador”, fue casual o finta; al parecer los seguidores de las pichanguitas futboleras, se quedaron en casa viendo el mundial o fueron en mancha a la Plaza Bolognesi; allí se llevó a cabo la Gran Parada danzaril que terminó con la salida de las estrellas, opacadas por la fuerte brisa marina; cómplice para doblar el codo luego de sudar la gota gorda para llevarse los trofeítos que estaban en disputa, bueno con algo se calma conciencias; si es en tiempo de campaña mucho mejor… 
Franco esta distracción, tiene cualquier cantidad de rating, congregó a mucha gente que lo importó las incomodidades e inclemencias del tiempo, con tal de escuchar las ensordecedoras bandas y ver como bailan lo seguidores del Santo Patrón de los pescadores que ni siquiera estuvieron en el Santo Sacrificio, menos en la procesión; después no se quejen con las tronchadas cotidianas.

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