
Sarkozy ya convocó para otoño (boreal) una conferencia que estudie reformas en el fútbol galo y exigió consecuencias inmediatas, lo que muchos interpretaron como un pedido de renuncia al presidente de la Federación de Fútbol, Jean-Pierre Escalettes.
Henry, que sólo jugó en el último partido contra Sudáfrica y durante menos de una hora, es considerado uno de los más duros críticos del entrenador Raymond Domenech. Sarkozy canceló una reunión prevista con organizaciones humanitarias para recibirlo e incluso modificó un encuentro con la presidenta suiza, Doris Leuthart.
El jugador fue trasladado en una limusina negra directamente del aeropuerto al palacio presidencial, tras la llegada del equipo hoy a París. El resto de jugadores salió rodeado de una fuerte custodia policial para evitar el acecho de medios y seguidores enfadados.
Con la excepción de Henry, la mayor parte del equipo abandonó el aeropuerto en autobuses custodiados por la policía. Otros viajaron ya en aviones privados hacia las ciudades de sus respectivos equipos.
A la espera de lo que resuelva Sarkozy en los próximos días, no tuvo ningún problema en imponer una de sus demandas: que los futbolistas no cobren premios por su participación en el Mundial. Los propios jugadores ya renunciaron a hacerlo. También Domenech es historia y, como se sabía antes del torneo, dejó el mando a Laurent Blanc.
TOMADO DE: http://www.lavanguardia.es/deportes
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