El día más violento fue ayer, cuando quince narcotraficantes murieron y dos policías fueron heridos, al intensificarse las operaciones policiales en 27 favelas (barrios pobres) del área metropolitana de la segunda mayor ciudad de Brasil.
Anoche, el Ministerio de Defensa autorizó a la Armada a dar apoyo logístico a la Policía de Río de Janeiro en los operativos contra las bandas de narcotraficantes y el gobernador del estado, Sergio Cabral, anunció en una entrevista a la televisión Globo que pidió la cesión de vehículos y equipamientos de la Armada, pero no de tropas.
Desde el domingo, el pánico se extendió a avenidas y calles cariocas con una ola de violencia marcada por incendios de automóviles y atentados a puestos y patrullas policiales.
En los últimos cuatro días de incidentes y acciones policiales fueron incendiados 29 vehículos, entre carros, camionetas de transporte colectivo y buses. El modus operandi de los antisociales siempre fue el mismo: parar los coches, hacer salir a sus ocupantes, rociar el vehículo con gasolina e incendiarlo.
Las autoridades atribuyen la violencia a órdenes de líderes de facciones de narcotraficantes que toman represalias por la extensión de los planes de seguridad y pacificación de favelas del gobierno del Estado, con desalojo de criminales e instalación de las llamadas Unidades de Pacificación Policial (UPP).
El secretario de Seguridad del Estado de Río, José Mariano Beltrame, señaló que aparentemente dos grandes grupos de narcotraficantes se unieron contra la política del gobierno.
Estos serían el Comando Vermelho (CV) y el Amigos de los Amigos (ADA), que tienen gran poder de fuego y dominan las dos mayores favelas cariocas: la Rocinha (sur) y el Complejo del Alemán (norte).
La violencia urbana es un problema endémico de Río, donde cerca de dos millones de habitantes (un tercio de la población del municipio) viven en más de 1.000 favelas, y para el 2014 las autoridades se habían propuesto pacificar una centena de las más violentas.
TOMADO DE: http://www.eluniverso.com
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