domingo, 16 de enero de 2011

Deportes y algo más; el que se pica nos dá la razón...!


De sorpresa cayó por estos lares el Inge Rildo Salazar máximo directivo del Club “Chungungo”; el “Lunarejo Huanca” que ahora labora por tierras capitalinas; se dio su por su añorado Ilo, de paso poner en orden algunos engreimientos de algunas estrellas estrelladas que quieren estar en el equipo cumplidor en propinas e implementos deportivos y algunas cosillas más; gracias al billetito que proporciona la empresa energética junto al sencillo que aportan los “chamberos” para sostener la institución deportiva organizada y formalizada; que hoy en día prioriza nuevos valores con sus divisiones menores; 
pero como nada es perfecto en este mundo moderno los talentos no tienen campos deportivos para entrenar… Cualquier cantidad de gentita se quedó asombrada con la música de los Ñauparis; que sonó fuerte en la concurrida Plaza de Armas; el último sábado por la noche; gracias a la iniciativa de la Sub Gerencia de Desarrollo Social de la MPI que lo lidera la bella “Moniquilla”; es cierto empezó un poco tarde porque el Curita tenía que matrimoniar a unas parejitas valientes que osan jurarse momentáneamente amor eterno ante Diosito; 
así después busquen apurados un boga para que los descase; pensando que ellos tienes esas facultades; ésta sana y amena distracción nocturnal sabatina será una constante a lo largo de la gestión; siempre y cuando destrucción civil más unos mercaderes inconformes no sigan con la cantaleta de la revocatoria antes del primer mes… 
A estas alturas de la vida habrán regresado de la Capital Limeña los directivos Dorados que fueron a buscar jugadores a precio de remate o sol el montón para armar el equipo dispuesto a rajarse para mantener al Cobresol en el Fútbol Rentado por largos años; para lograr el objetivo todo Moquegua debe ponerse la seda minera, en vez de rajar como siempre estamos acostumbrados; producto del mal actuar de malos dirigentes; esos que se creen muy vivos y nadie, pero nadie los descubrirá en menos que canta un gallo “ponehuevos”; he dicho siempre el respetable pone lo suyo. ¿Y el resto…?

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