Hinchas Rosados caletas abundaron en el “25 de Noviembre”;
ajustando hasta más no poder para que los cobresoles, que solo saben ganar de
visita no se cobren la venganza pendiente, de hace tiempo atrás; varios en la
tribuna decían: “Con la definición de ese negrito Caicedo; adiós dulce
revancha; es más, ni siquiera se habrá enterado de la cuenta pendiente”; aún
así todavía hace hígado al momento que lo mandaron a descansar; sustitución
nada buena al favorecer al Boys; es más el respetable que ingresó al escenario
deportivo; quedó ronco recordándole su pasado a “Machito” Gómez; que de Macho
no tiene nada, porque rumbo al banco se agarró los gemelos como respuesta a la
torcida que se quedó con ansias de festejar… Los Dorados por confiados se
dejaron empatar; y por favor no me vengan con eso de la presión local nos
aturde sino como vibró la número doce, cuando el “Gallo” Claudio; digo
Velásquez abrió el marcador peinándose la melena; corto marcador que no
supieron conservarlo; menos aún aumentarla a pesar del sin fin de
posibilidades; la misma que fue aprovechada por Renzo Benavides; empate con
sensación a derrota segura… Menos mal que Norbil Romero hizo olvidar por un
momento los goles fallados por las estrellas locales; que dicho sea de paso no
la lucharon hasta el final; la piñería estuvo de nuestro lado; justo faltando
poquito tiempo para gozar; Gerardo Garate puso el empate significativo porque
mantiene al cuadro minero entre los primeros; que se cuiden los “grones” porque
de visita el Cobresol es invencible… Los Episas abusaron del más débil y le
dieron peor que a hijo al Lucho Valcárcel; pobrecillos están primeros,
empezando de abajo; ni hablar de los “Sorongos” dieron de alma a los “Pipiolos”
del ADEBA; que perdieron seis contra dos; entre tanto los “Canarios”, gracias
al suplementario ordenado por el “Bello Shagui” pudo abrir el pico para gritar
el solitario gol convertido por Willy Vargas; que dejó un sabor amargo en el
plantel Becerro, que perdió el invicto ante un grande que sufrió más de la
cuenta para lograr el objetivo; mientras los “Chungungos” casi toman la punta.
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