El gran Hugo y sus recuerdos de la Copa América que la selección peruana ganó en 1975.
Por: Carlos Lara Porras
Su nombre es sinónimo de leyenda. Sus hazañas se transmiten, de
generación en generación, como mitos. Su historia es inmortal. Si hay un
“Cholo” sagrado en el Perú, ese es el gran Hugo Sotil. En junio de 1975 era una “estrella” del Barcelona de España y se convirtió en héroe nacional el día que le marcó un gol al legendario Pedro Zape. Esa tarde, Perú se impuso 1-0 a Colombia y conquistamos nuestra segunda y última Copa América. Fue hace 36 años y aún me acuerdo.
“Es una satisfacción haber formado parte de ese equipo que logró el segundo título de América para el Perú. Soy feliz por eso y por el aprecio del público. Por cada rincón del país, por donde voy, me llaman “Cholo” y eso me alegra. El cariño de la gente no tiene precio”.
“Barza” no lo dejaba venir. Su corazón sufría. Los pies le picaban.
La sangre le hervía. No aguantó y se escapó. “Curiosamente ese fue el
único partido de la Copa que pude jugar. Hubo un tercer partido. En
Bogotá perdimos (1-0) y en Lima ganamos (2-0). Aproveché que esa semana
no había fecha en España y yo mismo compré mi pasaje para Madrid y de
ahí a Caracas. Los muchachos se sorprendieron de verme. Al regresar, los
dirigentes me citaron, fui con miedo, pensé que me iban a castigar;
pero al contrario, me felicitaron y me dieron dos días de descanso”.
En aquella época no había miles de dólares como premios.
Había un logro más importante que alcanzar: la inmortalidad. “Recibimos
unos 150 dólares. No jugábamos por la plata, queríamos dar algo a
nuestro país. Hoy, los jugadores se ponen la camiseta de la selección
como si fuera la de un equipo de barrio. Cuando uno viste la
“blanquirroja” tiene que salir a matar”.
Con apenas 1.69 de estatura, Hugo nunca temió a rivales grandotes.
Chocaba y no rebotaba. Pocas veces se lesionaba. Tenía barrio “El
peruano tiene talento, pero le falta ser más “conchudo“.
No aflojar así te trabajen a la “boquilla”. Cuando los defensas me
jodían o pegaban, me motivaban más y les decía: “Oye, conch te voy a
hacer un gol”. Ojalá aparezca otro “Cholo” Sotil, futbolistas con
cojones y que maten por su patria”.
De Ica al fútbol. Del “Muni” a España. De la selección a la gloria. Y
el pueblo lo convirtió en un mito popular cuando llegó al cine. Le
tejieron historias, mujeres, vida bohemia Algunas verdaderas, otras
exageradas. “En los tiempos libres, nos reuníamos para tomar unas
cervecitas. Pocas veces salíamos a discotecas. Nunca metimos chicas a
una concentración, estábamos en un cuartel militar”.
Hugo besa la camiseta. La trata como si fuera una novia. Es como ese
amor que uno nunca olvida, pero cada vez que la ve, siente que se le
mueve el piso. “Cuando tengo la rojiblanca en mis manos se me escarapela el cuerpo. Recuerdo que a la hora de cantar el Himno Nacional me daban ganas de llorar por la emoción. Era una sensación indescriptible”.
Mientras conversa, mira con nostalgia la gigantografía en blanco y
negro de los campeones de América. “Aunque no me creas, no tengo ni una
foto de ese equipo que salió campeón en 1975. Más bien, esta foto está
bonita y queda para colgarla en la sala de mi casa, ja, ja, ja”. ¡Y cómo
poder negarle algo al ídolo que nos dio tantas alegrías! Es el “Cholo”,
el jugador más querido de la historia del Perú.
TOMADO DE: http://trome.pe/deportes
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