La gentita del Episa Corazón hizo hígado hasta decir basta y
con justa razón según cuentan las fuentes de absoluta credibilidad; porque el
grandulón Aguilar; cobró penal por las puras habas, repito esto no es novedad
el año pasado, casi lo dejan como camote a un “Pito” moqueguano y ahora se
vuelve a repetir, es más a la terna no los dejaron salir libremente, por poco
piden posada al cuidador del estadio, lugar donde se refugiaron los de Negro;
que si las vieron de ese color cuando la mancha de tías episeñas se les venían
encima… Como si fuera poco, la unidad paramédica de la Muni, que fue cedida con
mucho cariño para entrar en acción por si alguien lo necesitaba; de seguir con
estas actitudes en cualquier momento vetan al olvidado estadio Mariscal, que
cuando hay una trifulca las oxidadas mallas no son garantía, menos impiden a
los enardecidos hinchas ingresar al gramado; cuando la oportunidad así lo
amerita… Menos mal por allí estuvo el señor Ríos, seguro que ha tomado nota del
asunto; aunque, después de todo valgan verdades quedará allí en simples
pataleos; sin embargo altos dirigentes del populoso Barrio Meylan, no se
quedarán con los brazos cruzados y amenazan con poner el grito en el cielo en
las altas esferas limeñas; como si eso bastara, seguro que ni enterados están
que allá las quitadas de puntos, por falta de pagos en clubes importantes
están a la orden del día y les va a
quedar para atender cosas domésticas; como dijo alguna vez un hombre de prensa
de sobrada experiencia (¿?)… Veremos qué pasa en los tres partidos que restan,
porque éste año los Mokeguas están mejor armados que los pescaditos ileños, a
quienes se lo papean fácilito, en ceviche sin limón, pero con mucha palta y
encima un conejo Chactado de cola cortada, algo más… Una ayudita para mi amigo
Bojorges; que sigue estirando la mano a ver si alguien le da una manito para
acabar la tribuna del Coliseo Grau.
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