Empezaré saludando a todos los limeños, limeños mazamorreros que radican en éste bello Ilo, a donde llegaron y se quedaron; si lo sabré yo que llevo más de tres décadas y tal parece que solo el fin del mundo del 2012, lo decidirá todo, hoy Lima celebra un nuevo cumpleaño, como es habitual y casi se está haciendo costumbre en ciertas personas con descontento propio, por intereses personales también lo quieren revocar a la Alcaldesa; aquella dama de trato muy fino cuya misión, como todas las autoridades lograron su objetivo por voluntad popular, sin pagar favores o por apetitos personales, tal parece mucha gentita eso detallito no lo ve, en fin, no soy quien para juzgarlos… Hablando de la Capital peruana, cuya vía principal por donde pasó el comboy del Rally Dakar quedó chico para los miles de espectadores que dieron la bienvenida a los intrépidos pilotos y a su tracalada de técnicos y auxilio, por su culpa los pobres árbitros que viajaron de provincias para rendir los exámenes no tienen dónde hospedarse; según da cuenta mi carnal y chochera, de yapa “Convencido Pitador Beto, Betito”… En efecto, Lima y el Perú en los últimos días estuvo en los ojos del mundo, con la etapa final de la competencia mundial, es más el África y los desiertos chilenos dicen por allí que han quedado pequeños con la maravilla de nuestra geografía natural; motivo por el cual la organización lo piensa mucho, para que el año que viene Dakar comience en Perú y después de celebrar con todo las fiestas de fin de año como si fuera Bolivia y Brasil piden ver de cerca, en vivo y en directo a los “cañas” que llevan a la indeseable pelona de compañía, por su parte el presidente Ollanta hará todo lo posible para dar una nueva alegría al sufrido pueblo peruano; que vive sobre grandes tesoros, pero mal distribuido, con un montón de vivillos qué aprovechan cualquier ocasión para ganar un sencillo.
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