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El
sábado 14 de abril de 2012, el futbolista del Livorno Piermario
Morosini, de 25 años, cayó desplomado a la media hora de juego del
partido de su equipo en casa del Pescara, y no pudo ser reanimado.
Disputó casi toda su carrera en la Serie B, y ocupaba la posición de centrocampista. Tan solo actuó en cinco partidos de la Serie A
con el Udinese, en 2005-2006, antes de ser cedido a conjuntos de la
segunda categoría como Bolonia, Vicenza, Reggina, Padua y Livorno, por
el que había fichado el pasado mes de enero.
“He
recibido con inmensa tristeza la noticia de la trágica muerte de
Piermario Morosini en el partido del sábado entre Pescara y Livorno. Una
tragedia más terrible aún cuando se conoce la historia familiar de este
muchacho”, escribió el Presidente Blatter en una carta dirigida al
Presidente de la Asociación Italiana de Fútbol (FIGC), Giancarlo Abete.
“En estas situaciones, faltan las palabras. ¿Cómo explicar un drama
personal como este? Es imposible”, añadió.
El Presidente de la FIFA hizo así alusión a los dramas personales vividos por Morosini, quien perdió a su madre a los 15 años, a su padre dos años más tarde y poco tiempo después a su hermano discapacitado, que se suicidó. Desde entonces, Morosini únicamente tenía a su hermana y a su compañera, Anna Vavassori.
“Debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para que no vuelvan a producirse estas muertes prematuras, dentro de la cancha. El terreno de juego es un lugar de satisfacción, de diversión, de competición, de fair play, un lugar de esperanza, una ventana abierta al futuro”, subrayó el Presidente Blatter.
En Livorno, el dolor es insondable. El presidente del club, Aldo Spinelli, resumía el sentimiento general ante los medios locales: “Es una tragedia. Estamos abatidos. Para nosotros es un momento muy duro, del que debemos intentar salir todos juntos. Debemos tener valor”.
El Presidente de la FIFA hizo así alusión a los dramas personales vividos por Morosini, quien perdió a su madre a los 15 años, a su padre dos años más tarde y poco tiempo después a su hermano discapacitado, que se suicidó. Desde entonces, Morosini únicamente tenía a su hermana y a su compañera, Anna Vavassori.
“Debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para que no vuelvan a producirse estas muertes prematuras, dentro de la cancha. El terreno de juego es un lugar de satisfacción, de diversión, de competición, de fair play, un lugar de esperanza, una ventana abierta al futuro”, subrayó el Presidente Blatter.
En Livorno, el dolor es insondable. El presidente del club, Aldo Spinelli, resumía el sentimiento general ante los medios locales: “Es una tragedia. Estamos abatidos. Para nosotros es un momento muy duro, del que debemos intentar salir todos juntos. Debemos tener valor”.
El
Presidente de la FIGC, Giancarlo Abete, anunció el lunes que se
guardaría un minuto de silencio antes de los partidos de esta semana, en
homenaje a Piermario Morosini.
En su misiva, el Presidente Blatter quiso recordar, por último, que la
FIFA continuaría sus esfuerzos en el campo de la investigación médica.
“La FIFA se implica y se implicará siempre, todavía más, en la
investigación médica. Esta semana se inaugura un departamento de
medicina deportiva en la ETH de Zúrich, cofinanciado por la FIFA. A
finales de mayo, se realizará un congreso mundial acerca de la
investigación médica en Budapest, coincidiendo con el Congreso de la
FIFA. Todo esto no devolverá la vida a Piermario Morosini. Pero es
posible que consigamos, en el futuro, evitar dramas semejantes”. El
funeral se celebrará el jueves 19 de abril en Bérgamo.
TOMADO DE: http://es.fifa.com
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