Aprovechando mi fugaz visita a la
Calurosa Moquegua, aunque antes del anochecer hace un rico friecito, me di una
vueltita por el 25 de Noviembre cuya tribuna de occidente estuvo casi a
reventar par ver el choque de vuelta del cuadro santo, que está a punto de
tocar el cielo luego de empatar a un gol por lado con los Sinchis del Alipio
Ponce de Mazamari, conformado por unos tombitos picones que de arranque
quisieron imponer su autoridad en el partido, con significado dominio local
desde el arranque, si esas pelotas hubieran ingresado fácil el cuadro local
goleaba, haciendo delirar al respetable que pedía a todo pulmón liquidar de una
buena vez a la visita; cuyo arco también jugó a su favor en el primer tiempo y
también en el segundo, pero no se salvó del patadón de Coco Rodríguez Pisco,
suficiente como para disputar la gran finalísima de Copa Perú con Huaral en dos
encuentros de pronóstico reservado, teniendo en consideración la historia y
tradición de ambos protagonistas, donde seguro no solo se jugará en la cancha,
sino también fuera de ellos prevaleciendo el factor taquillero, el cual sin
lugar a dudas en la Capital del Cobre está asegurado, siempre y cuando la
dirigencia trabaje con mucha solidez, honradez, seriedad y transparencia para
recuperar su inversión antes de tiempo… A estas alturas del largo campeonato
están súper gastados, menos mal que la hinchada está respondiendo y el sencillo
es utilizado para los largos viajecitos, menos mal la planilla aún es manejable
teniendo en consideración que los jugadores son del medio, salvo excepciones
con las figuras que han venido de fuera, más el billetito que debe asignarse al
Profe Lucho “Puchito” Flores quien al menos aseguró la Segunda Profesional y
desde allí una vez más habrá que pelear el ascenso tal como sucedió con el
Cobresol, aprovechemos ahora.
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