En esta vida uno tiene que ser
agradecido, con las personas de corazón solidario y fraterno; quienes comparte
lo poco que tienen con aquellos que nada tienen; más si lo hacen con la mejor
voluntad y esto se pudo comprobar durante los tres días de campaña humanitaria,
donde se pudo recolectar ropa y algunos alimentos no perecibles; para calmar un
poco el terrible sufrimiento que tienen las familias vecinas al volcán Ubinas;
hoy refugiadas lejos de su terruño… La meta trazada fue bien ambiciosa, lástima
que no se pudo cumplir por razones bien sustentadas, preparativos para celebrar
el Día del Trabajo que casi coincide con el movido fin de semana, en mi caso
las responsabilidades fueron, motivo por el cual el sábado cerca del medio día
me sume a la gentita de Servicios a la Ciudad, para tocar puertas y estirar la
mano en la populosa zona pampeña en donde nos dieron desde un paquetito de
galletas, hasta 10 kilos de fideos y unos plátanos mosqueaditos, bastante ropa
nueva y también usadita, pero bien lavadita y planchadita; ojalá haya llegado
bien a su destino… Al menos eso nos prometió el Alcalde del distrito afectado,
que poco a poco se va convirtiendo en un pueblo fantasma y bombardeado por
piedras incandescentes que salen del mismo infierno, para luego convertirse en
cenizas arrasando sin piedad todo ser viviente; según nos dieron a conocer los
pobladores que llegaron junto a su autoridad para recoger las donaciones que
casi llega a las cuatro toneladas… Muchos dirán ya me salvé; pues esto recién
empieza; así que muy pronto indicaremos los lugares de acopio, sobre todo de
alimentos, agua, medicina y claro también ropa para abrigarse puesto que ya
comenzó el crudo invierno; quizá esto pueda justificar mi inasistencia a la
reunión que se tuvo en Moquegua con don PP Ríos para ver el tema Fútbol
Menores.
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