Dos sucesos aparentemente sin
importancia perturbaron mi concentración durante el Santo Sacrificio del
domingo que se fue, en el templo de San Jeró; primero los descendientes del
dios Sol se quitaron su ropa de uso diario
para ataviarse con coloridos vestidos que lucieron durante el Izamiento y
Desfile que se realiza en la Plaza de Armas; por la festividad de la Ciudad
Imperial, esto habría pasado desapercibido siempre y cuando lo hubieran hecho
en otro lugar, pero el cambio de traje de algunas ñustas se realizó a vista y
paciencia de la feligresía, especialmente los varones que se ganaron con
algunas curvas bien contorneadas… El segundo detallito fue ver a la popular
“Chuchi” muy temprano escuchando la Santa Misa y como era de esperarse al final
fue abordada por la gentita que le pidieron un autógrafo y claro las fotitos
respectivas, muchos se quedaron sorprendidos con la sencillez y carisma de la
ex congresista y artista nacional que de actitudes negativas no tiene nada…
Pasado el medio día a pesar del intenso frío invernal los residentes cusqueños
en Ilo, se trasladaron al polvoriento campo deportivo ubicado en la populosa
zona pampina, allí hubo oportunidad para doblar el codo a pesar de las bajas
temperaturas y una amenaza de llovizna, que no fue impedimento alguno rememorar
la fastuosa ceremonia que en la época desarrolló la inigualable cultura inca en
la explanada de la zona arqueológica Sacsayhuaman… Saludo el esfuerzo de los
cusqueños para mantener viva la tradición; solo que no me quedé a ver en toda
su amplitud cuando el pueblo rindió culto al inca, personificado por Olger
Pilpe conocido árbitro de la localidad, quien hizo su ingreso triunfal en un
anda de madera a diferencia de su real majestad; sobre los hombros de fornidos
súbditos, que hicieron lo mismo con la Colla,
Elva Castro Presidenta del Club Cusco.
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