En rápida visita por la populosa
zona pampina, aproveché partecita de la tarde dominical para ver el desarrollo
de los disputados partidos en la “Champion”; la cual atrae a la gentita puneña
que radica en Ilo y como es tradición el reencuentro obliga a un salú,
detallito incomprendido por los vecinos del sector; quienes ya firmaron un
memorial sumándose al grupo de concejales para impedir que el club lacustre
haga realidad la construcción de su sede institucional, ese que lo vienen
luchando hace décadas; pero esas cuestiones propias del trámite administrativo
la Comuna Provincial les entregó el tan esperado documento, el mismo que fue
inscrito a su debido tiempo; según me pude enterar, dando motivos suficientes a
sus asociados quienes con lampa y picota en la mano, abrieron zanjas para
construir su cerco perimétrico, requisito cien por ciento indispensable para
evitar la incómoda reversión; hasta allí todo bien y se resalta el entusiasmo;
pero deben hacerlo respetando la normatividad, es decir solicitando la Licencia
de Construcción y demás permisos necesarios para iniciar cualquier obra civil…
A decir verdad en la comarca son escasos los vecinos que recurren a
profesionales del ramo, los cuales diseñan y proyectan sus futuras viviendas,
mientras el resto primero construyen para después echar por los suelos su
inversión y eso no debe pasar con los Hijos de Puno que, hace rato tienen entre
manos su proyecto y hasta maqueta; también afirman que cuenta con un buen
financiamiento económico, de lo contrario bastará pedir un sencillo a los
cientos o miles que descienden de una raza milenaria; asentados en éste
apacible puerto dueños de prósperos negocios comerciales, empresas generadoras
de empleo y profesionales; con estos simples datos sería inútil pensar, en su
incapacidad para lograr su objetivo para beneficios de ellos y la comunidad.
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