Si de dejadez se trata, seguro
que soy un campeón; seguido muy de cerca por mis amigos “Pitadores” quienes
deberían dar ejemplo de orden y buenos modales; es ciertos muchos dirán pero
sin son bien caballeritos, eso no lo dudo; pero si damos una vueltecita por su
camerino, donde ellos se cambian antes de cada partido; así como también lo
usan durante el entretiempo… El pequeño ambiente al interior del estadio
Mariscal Nieto, dice mucho de la personalidad de quienes lo usan con frecuencia;
tanto los locales y peor aún quienes vienen de fuera para dirigir los partidos
de Copa Perú en la Etapa Regional, que no es de ahora; sino de siempre; aunque
para ser sincero los árbitros porteños, de vez en cuando pasan una escoba y
también echan unas gotas de agua para que no levante mucho polvo; para pasar
piolo, pero que pasa con la infraestructura descolorida, su techo con huecos;
que de persistir la llovizna los próximos domingos por la tarde, la terna
visitante más el cuarto dueño de casa; se bañarán sin quitarse la ropa… Pero
aquí no queda la cosa; no, no, noooo; me refiero a los incómodos olores a
orines; que uno siente al acercarse al “cuartito” que dista muy poco de los
verdaderos servicios higiénicos, a los que seguramente les cuesta llegar a mis
flojos amigos; que sin reparo alguno “desaguan” satisfactoriamente al costadito
de su propio vestidor que ellos mismos lo usan antes, en el intermedio y al
final de los partidos oficiales o pichanguitas… Este tema también fue abordado
recientemente por las autoridades del fútbol porteño; que según pude escuchar
han sugerido varias soluciones a lo largo del tiempo; sin que los interesados
pongan algo de su parte; para contar con un ambiente algo digno, con comodidad
para sus colegas que vienen de afuera; sin temor a equivocarme deben regresar a
sus lugares bien decepcionados.
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