
Una federación territorial tiene otras prioridades que organizar un partido al año de su selección y el dinero que lo hacía posible, el publicitario, no llega. Y los clubes, encantados de que no llegue. A ninguno le gusta ceder a sus futbolistas en sus vacaciones; el Atlético no permitió que Maxi jugara el martes en el Camp Nou, por poner el ejemplo más a mano.

Total, que sólo resiste Cataluña. Y resistirá. El nacionalismo catalán hizo del deporte una bandera hace tiempo, y del fútbol especialmente, en su deseo de lograr un reconocimiento internacional. Sabe que vende lo que nada en el mundo, de ahí el fichaje de Cruyff como seleccionador.
La Catalana está tan tiesa como cualquier otra federación territorial. O más si pensamos que pagó 1.200.000 euros a la Argentina, la mitad de la Argentina de verdad, por tenerla como rival. El lujo siempre fue caro.
Los siete mil euros largos que Maradona y cía gastaron en extras en el hotel (en tres noches) suponemos que los pagaron de su bolsillo; Diego, los purazos habanos que encargó entre otras bagatelas: como teles de plasma en el comedor del equipo.

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