Todo pareciera que fue al propósito; sino cómo se explica el
corso carnavalero con el Magister a la cabeza justo a la misma hora del partido
Pobresol; perdón quise decir Cobresol – Gálvez el que llegó a Moquegua con un
plantel en su mayoría pipiolos para enfrentar a los tíos Dorados y achacados
por las reumas propias de la edad; sino pregunten qué le pasó a ese negrito que
se quedó tieso sobre el gramado del 25 de Noviembre; cuyas tribunas estaban
bien misias… En cambio toda esa avenida que casi se lo lleva el huayco, la
subida del Cole Simón Bolívar y la vía principal estaba full gente viendo muy
tranquilos a los bailarines y danzarines que sudaban la gota flaca al compas de
la música de tierra adentro que aguardaba un suculento premio de 10 mil Nuevos
Soles; si miento que mis amigos “revocas” quemen ya mismo sus listas de firmas;
mientras en el estadio los muchachos de Cardama después de un gol algo
madrugador hacían todo lo posible para mantener la diferencia; porque aumentar
el marcador era imposible y eso es entendible debido a que se armó un equipo de
emergencia por no decir improvisado, al no llegar los pases respectivos de
algunas figuras… Si bien es cierto el recién ascendido cuadro de Chimbote; que
dicho sea de paso sus paisanos pescadores en Ilo, se las picaron para ver a los
chibolos con una pretemporada a inicios de enero; mientras el cuadro local tuvo
que recurrir a de la reserva; siendo rebasados en el segundo tiempo con el
empate a un gol por lado; y pudo ser una goleada; así como van las cosas en
Cobresol, se avizora un negro panorama; más aún si los jugadores han tenido que
recurrir a un ablandamiento de conciencias a las mineras; las que cargan con
nuestras riquezas en bruto; pero que no dejan nada para el deporte tal como
reza un lema que lució el equipo y al parecer no lo borrarán a menos que tengan
respuesta positiva.
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