Interrumpiendo mi fugaz descanso
del último domingo por la tarde, aceleré la llegada al campo deportivo Maracaná
de Alto Ilo donde se juegan importantes partidos de su tradicional campeonato
de fútbol, el cual está a punto de esfumarse; pero no con la formalidad y
seriedad que todos quisiéramos, teniendo en consideración el W. O. que hizo
chillar con justa razón a más de un seguidor constante, que prefieren
distraerse viendo como los muchachos la sudan para hacer sed; al parecer éste
pequeño detalle poco o nada interesó a ciertos jugadores del popular cuadro de
Cachanguita, quienes dejaron tirando cintura al Maracaná; unos decían que la
gentita estuvo entretenida en las compras navideñas, otros escogiendo el mejor
pavo para la cena, los más exquisitos buscaban afanosamente un tierno
lechoncito para hornearlo y parece que salieron fuera de la ciudad con el único
propósito de lograr el objetivo, el cual al parecer de muchos el pretexto fue
otro; como por ejemplo que habrían adelantado las celebraciones y razón no les
falta puesto que la mayoría fijo que le dio vuelta al sobre o hizo trizas a la
tarjeta esa que aguanta todo y al final duele pagar; si lo sabré yo que paro
picando a una entidad financiera, teniendo en consideración mis irrisorios
ingresos económicos… Con justa razón el respetable chilló y exigió a la
carismática “Waldir” la devolución del sencillo para ver cómo los “Pitadores”
cobraban sin trabajar, después de todo no es su culpa, pero esto no es todo
desde la tribuna una agraciada tía les dijo de todo a los jueces; que al menos
para mí conocen las reglas esas que personalmente jamás queremos cumplirlas,
pero si piteamos para que otros lo cumplan o miento, de ser así qué en éste preciso
instante aparezca el abuelo Noel con un bien surtido canastón navideño y de
yapa la señito agarre el instrumento y se ponga a dirigir fútbol.
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