Como adelanté, en anterior
edición; ninguno de los tres coleros resucitó en Domingo de Pascua; para
beneplácito y tranquilidad de sus seguidores, fecha en la cual hasta los
marcadores fueron un tanto justos, debido al empeño que ponen los
“futboleritos”; salvo la cuera que recibieron los Uruchitos quienes enfrentaron
a los embravecidos Becerros que nuevamente se codean con los favoritos e igualó
en puntaje a los “Chungungos”; que por cierto tienen una faena menos… Quisiera
dar crédito a una expresión de un delegado con cualquier cantidad de años en la
brega; el cual aseguró que la falta de puntos como incentivos en el presente
campeonato, ha desmotivado a sus muchachos; los cuales fueron salvados por los metales
del arco y también habrá que reconocer que los constante y mortales picotazos
canarios no dieron en el blanco… El choque de fondo se tornó interesante desde
el momento en que el “Convencido Pitador” Betito, se llevó el instrumento a los
labios; de allí no lo soltó casi todo el disputado encuentro porque los
“tabazos”, “trancazos”, empujones, palabrotas en ambos bandos estaban a la
orden de la fresca tarde otoñal, en la cual le perdonaron la vida a Carrillo
que regaló a diestra y siniestra; pensando que nadie se daba cuenta de sus nada
santas intensiones hasta que su coach lo mandó a descansar… Estas incómodas
actitudes son propias de muchos jugadores quienes al momento de ser superados
por el contrincante, simplemente optan por estos recursos que al final perjudican
el trabajo en equipo y hasta podrían causar daños irreversibles a ellos mismos;
eso nadie en su sano juicio desea, menos en un partido de fútbol donde al final
hay un vencedor o terminan parches, a pesar de la insistencia para hundir la
pelota en el arco, como sucedió con el Mariscal - Enersur, entonces para qué
buscar la sin razón.
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